Por qué he tenido que cambiar mi opinión sobre las redes de contactos profesionales
Pilita Clark
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Pilita Clark
Hace unos días estaba revisando mi calendario en línea cuando hice un descubrimiento sombrío. Una entrada que había escrito en tiempos más felices y previos a la pandemia me recordó que el jueves se suponía que debería estar en el “evento de Madrid”.
Se trataba de una conferencia de trabajo que iba a estar llena de personas interesantes y reflexivas, en una ciudad que me encanta, pero que no he visitado en años. En otras palabras, era una excelente oportunidad para establecer contactos profesionales, una de las miles de oportunidades que se cancelaron o aplazaron este año.
Al revisar el calendario, se me ocurrió que el Covid-19 también me ha motivado a reevaluar las redes de contactos. Para mí, establecer redes de contactos profesionales generalmente ha implicado acercarme a desconocidos potencialmente útiles o a personas que apenas conozco con la esperanza de obtener algún tipo de ventaja profesional.
Los individuos que se dedican a establecer contactos obsesivamente deben ser compadecidos y, al igual que los “desayunos de redes de contactos”, también evitados. Yo sabía que mi punto de vista no estaba actualizado. Cuando los planificadores de eventos eliminaron la pausa para el café en las agendas de las conferencias, a favor de la “pausa para establecer contactos”, a nadie le importó.
Sin embargo, yo todavía albergaba una creencia de que era posible salir adelante en la vida debido a lo que sabías, no debido a quién conocías. Hoy, a medida que las cifras muestran que las empresas recortaron 20 millones de empleos el mes pasado sólo en Estados Unidos, esta noción parece ingenua. Cualquiera que busque trabajo necesita toda la ayuda que pueda obtener. Para un graduado que ni siquiera ha tenido la oportunidad de presentarse en un trabajo, esa necesidad es aún mayor.
Además, el establecimiento de las redes de contactos genera mucho trabajo en sí mismo. Según un recuento, los eventos empresariales crearon 26 millones de empleos en todo el mundo en 2017, cuando al menos 1.500 millones de personas en más de 180 países asistieron a tales reuniones.
Probablemente siempre ha sido un poco presumido de mi parte no darle la debida importancia a las redes de contactos. He tenido un buen trabajo con la misma compañía durante años. Ya conozco a mucha gente. Conocer a alguien nuevo rara vez ha sido difícil.
Entonces, ¿qué está sucediendo en un mundo en confinamiento donde la necesidad de establecer redes de contactos nunca ha sido tan grande ni físicamente imposible?
Cuando hablé con varios colegas, algunos me dijeron que estaban haciendo mucho más algo que antes hacían rara vez: publicar cosas en LinkedIn. La idea es mantenerse relevante, dijo uno, para que cuando se reanuden los negocios normales “estés en la mente de las personas”.
Esto coincide con lo que LinkedIn me dijo cuando le pregunté a la empresa cómo había cambiado su tráfico desde el brote de coronavirus. El número de conversaciones entre sus miembros aumentó un 55% en marzo con respecto al mismo mes del año pasado, dijo, y las transmisiones en vivo han crecido de una forma impresionante.
La demanda se ha más que triplicado desde febrero y los usuarios están entablando muchas más conversaciones: el número de comentarios en las transmisiones ha aumentado 272%. Mientras tanto, las personas que intentan mejorar sus habilidades han visto más de 7,7 millones de horas de cursos de LinkedIn Learning este mes, un alza de cuatro millones comparado con marzo.
Los seminarios web se han popularizado más allá de LinkedIn. Me encontré con uno el otro día y tenía mucho que ofrecer. Pude escuchar a un exbanquero central, en mis pantalones de yoga, después de haber viajado desde mi habitación hasta la mesa de la cocina.
Los eventos virtuales también funcionan desde el punto de vista del orador, dice Julia Hobsbawm, la bien conectada exprofesora de la Cass Business School de Londres. Ella habló con una gran multitud de personas en un “ThinkIn digital” de Tortoise Media el mes pasado para promover un nuevo libro, y dijo que la experiencia fue “mucho más íntima y atractiva” que la vida real, donde a veces algunos miembros de la audiencia no tienen la oportunidad de hacer preguntas al final de las sesiones. Estar cara a cara con personas que, como ella, estaban transmitiendo en vivo desde sus salas de estar, fue “una experiencia más rica”, dijo. “Curiosamente, creo que hay un poco de optimismo en algunas de las nuevas reuniones”.
¿Serán estos eventos virtuales tan buenos como los reales? ¿Podrás establecer una conexión con un extraño sólo con verlo en una pantalla? ¿Será suficiente para encontrar un trabajo o hacer un trato? Espero que sí, porque para los que necesitan establecer nuevos contactos y para todos los demás, estas conexiones virtuales serán las mejores y únicas opciones durante algún tiempo.